miércoles, 6 de septiembre de 2017
A veces siento que mi
mundo se Vuelve negro y blanco.
Me siento como toda hecha
de tinta negra, sosa, aburrida y mimetizada con el ambiente. Me siento anodina,
parte del decorado.
Pero, a veces, dejo
cantar a mis musas. Aquellas que con sus cantos de sirena me devuelven mi
color, y cantan a mi oído canciones que tejen su telaraña hasta mis ojos y mi
boca, tornándolo todo de colores.
Mis ojos solo ven color
cuando cantan.
De mi boca solo salen las
bellas baladas que ellas entonan a través de mi.
Pero, cuando es así, he
decidido no abrir la boca. Pues estas canciones son mías, mías y solo mías.
Porque sé que mis musas
cantan canciones que sólo yo entiendo, que nadie más comprendería y me
tildarían de loca, o de algo peor.
Cuando mis musas
aparecen, solo cierro los ojos e imagino todos los mundos de colores que
inventan para mí.
Y así será siempre. Nadie
las conocerá.
Son solo mías